Dentro de las expresiones típicas en una auditoría energética, es habitual encontrar términos, o más bien abreviaturas, como MAEs y KPIs. Pero, ¿a qué se refieren estas abreviaturas y qué importancia tienen dentro de una auditoría energética?

¿Qué son las MAEs?

MAEsSon las Medidas de Ahorro Energético, y dentro del documento de auditoría energética conforman el conjunto de acciones que definirán el potencial de ahorro energético y económico de una instalación.

Una definición más concreta de Medidas de Ahorro Energético, sería: el conjunto de acciones sobre los elementos consumidores de energía de una instalación que permiten disminuir su consumo de energía manteniendo las mismas prestaciones, estado de confort, o nivel de producción.

El conjunto de MAEs dentro de una auditoría energética estará caracterizado por la tipología de edificio y el sector o actividad realizada en el mismo, pues en el análisis obtenido en la auditoría energética, se evaluarán aquellos sistemas dentro de una instalación más susceptibles de mejora de su eficiencia energética.

Por lo tanto, se pueden agrupar las medidas en función del sistema sobre el que actúan, para posteriormente elaborar un plan de acción seleccionando aquellas medidas de ahorro energético más adecuadas, técnica y económicamente y que evite solapamiento de resultados.

La valoración de un plan de aplicación de las Medidas de Ahorro Energético, es clave para determinar de manera ajustada el ahorro energético y económico que se puede alcanzar en una instalación, pues en un informe de auditoría energética, se plantea una batería de posibles MAEs que dentro de un mismo sistema pueden ser incompatibles.

¿Qué son las KPI´S?

KPI son las siglas de las palabras en inglés “Key Performance Indicators”, o lo que es lo mismo en español “indicadores de rendimiento”, adecuados para hablar de rendimientos energéticos cuando se trata de la evaluación energética de una instalación.

MAEsEn una auditoría energética, estos indicadores sirven para relacionar los consumos energéticos con diferentes variables activas en el edificio. Factores clave para los indicadores pueden ser la superficie de un edificio (m²), los usuarios, la producción, las ventas, etc.

Por lo tanto, en este caso, la finalidad de estos indicadores es el control del consumo de un edificio relacionado a una variable concreta, de esta manera se podrán captar anomalías en el gasto energético (consumos desorbitados en momentos puntuales, aumento de consumos en una misma época del año en diferentes años, etc.). Y para ello, es necesario tener clara la referencia que se va a emplear en la comparativa.

Un ejemplo claro es una empresa con una serie de edificios que pertenecen al mismo sector y se dedican a una misma actividad. No se puede realizar una comparativa directa entre todos sus edificios únicamente mediante el consumo energético de cada uno de ellos, pues dicho consumo no se produce en las mismas condiciones. Cada edificio tiene una superficie diferente, una ocupación diferente, y una producción diferente, lo que podría indicar generalmente un mayor consumo energético en aquellos con mayor superficie, mayor número de trabajadores y mayor producción. Sin embargo, si tenemos en cuenta todas estas variables, se puede establecer una comparativa clara de todos los edificios en base a:

  • Consumo de energía por metro cuadrado (kWh/m2)
  • Consumo de energía por usuario (kWh/ persona)
  • Consumo de energía por producción (kWh/unidad producida)

De esta manera, se puede detectar el edificio más eficiente del grupo.