La eficiencia energética consiste en consumir menor cantidad de energía para el desarrollo de una actividad, bien sea en la fabricación de un producto, la prestación de un servicio, o simplemente el uso de los equipos consumidores que se tienen en una vivienda. Esta reducción del consumo no debe afectar a las condiciones óptimas de confort en la vivienda, ni al nivel de producción optimo en el caso de los procesos industriales.

Desde la revolución industrial, cuando se empezó a sustituir la mano de obra por maquinas en los procesos productivos, las emisiones de CO2 han ido creciendo hasta los niveles que actualmente tenemos, que conllevan que el clima esté cambiando y las temperaturas medias vayan incrementándose.

Debemos saber que para producir la energía que utilizamos diariamente tenemos que utilizar recursos naturales muy preciados y de los cuales no disponemos en abundancia en nuestro territorio, lo cual conlleva que España tenga una dependencia externa de este tipo de combustible fósiles.

Por este motivo el concepto de eficiencia energética es básico para reducir el impacto de la actividad humana sobre el medio ambiente, y disminuir nuestra dependencia de los combustibles fósiles.

Usar de forma racional los recursos energéticos para el desarrollo de la actividad diaria, bien sea en una industria, oficina, incluso en nuestra propia vivienda, repercutirá directamente en una disminución de nuestro gasto, pero conllevará que nuestra actividad tendrá un menor impacto sobre el medio ambiente, y un menor coste de los productos y servicios.

¿Cómo ahorrar energía?

Eficiencia energéticaCuando se habla de eficiencia energética se atribuye principalmente a la utilización de equipos con menores consumos, sin embargo, el buen uso de los equipos también puede conllevar ahorros energéticos importantes.

A modo ilustrativo del concepto de eficiencia energética y uso racional de la energía se mencionarán a continuación diferentes prácticas que nosotros podemos desarrollar en nuestra propia vivienda y que conllevarán una reducción del consumo.

La eficiencia energética empieza por hacer un buen uso de los aparatos que consumen energía en nuestro hogar, partiendo por no dejar aparatos en stand-by y apagarlos totalmente, ya que este consumo puede llegar a suponer un 10% de la factura eléctrica.

La energía que demanda los equipos en stand-by es lo que se conoce como consumos fantasmas, ya que aunque se piense que no hay demanda de electricidad, estos aparatos siempre están consumiendo una cantidad mínima de energía que repercute en la factura.

Por otro lado, una forma de eficiencia energética en el hogar implica actuar sobre diferentes aspectos con gran importancia dentro del consumo de energía eléctrica:

  • Cuando los equipos de iluminación agoten su vida útil sustitúyalas por LED, no notará la diferencia de iluminación y ahorrará energía
  • A la hora de adquirir nuevos electrodomésticos fíjese en las etiquetas energéticas, es una pegatina que nos informa del consumo de energía de dicho electrodoméstico. Seleccione los de mayor eficiencia energética (clase A+, A++, A+++).
  • Realizar un buen aislamiento de nuestra vivienda puede conseguir que se ahorre hasta el 40% de nuestro gasto en calefacción y refrigeración. Este ahorro viene motivado porque un buen aislamiento disminuye las necesidades energéticas (calor/frio), lo que se traduce en un ahorro de energía y económico.

Si vas a acometer una reforma ten en cuenta aislar tus paredes utilizando materiales aislantes térmicos, así como ventanas de alta eficiencia energética con doble cristal y con marcos con rotura de puente térmico.

Actuando conjuntamente en todos los aspectos antes descritos el aumento de la eficiencia energética y su consiguiente ahorro puede llegar a ser notable.