Una parte importante de la actividad económica de una ciudad se concentra en los polígonos industriales. Estas zonas industriales son un motor económico que generan producción y empleo, pero el funcionamiento de dichas actividades ocasiona impactos ambientales (emisiones, residuos, etc) pudiendo provocar consecuencias negativas sobre ellos mismos, el medio ambiente y la salud de las personas.

La diversidad de residuos que se generan en las empresas de un polígono industrial es muy grande. Esta diversidad depende de los sectores económicos que se encuentren en el polígono industrial; además, el tamaño y producción de la actividad implica una mayor o menor cantidad de residuos.

Según los análisis realizados, entre los residuos peligrosos, aquellos que tienen características de peligrosidad y que se pueden generar más comúnmente en los polígonos industriales, se pueden distinguir envases contaminados, absorbentes contaminados, disolventes, aceites y grasas no comestibles, pinturas y tintas, lodos de depuradoras, equipos eléctricos y electromagnéticos, baterías, etc. Asimismo, la producción de residuos no peligrosos también es significativa, siendo los más destacados la generación de plásticos, papel y cartón, de madera, materia orgánica, metales, vidrio, aceites comestibles, etc.

En base a algunos estudios realizados, la problemática de la gestión de residuos en los polígonos industriales empieza en cada una de las empresas donde, en algunos casos, no se procede a la segregación en origen de los residuos.

Además, se ha comprobado que la capacidad de acumulación de los residuos en la instalación es insuficiente con respecto a lo que se genera, bien porque no hay suficiente espacio en la instalación para almacenarlos, no hay suficientes contenedores para recopilarlos o bien porque la frecuencia de recogida no es la adecuada. Este hecho puede suponer un problema en temas de almacenamiento de residuos peligrosos, donde la ley no permite almacenarlos más de seis meses, salvo excepciones.

 

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A nivel del polígono industrial, la gestión de los residuos se puede ver dificultada por la insuficiencia o inexistencia de contenedores en puntos estratégicos depolígono como contenedores para envases, papel y cartón o de materia orgánica.

La gestión de los residuos no peligrosos, como materia orgánica, envases, papel y cartón, etc., se puede realizar a través de los servicios municipales, siempre y cuando esté establecido de esta manera. El resto de los residuos no peligrosos y peligrosos son gestionados por empresas autorizadas para ello. Cada una de las actividades del polígono industrial dispone de su propio gestor, incluso hay algunas que disponen de varios gestores para cada tipo, lo cual supone un elevado coste económico para cada una de las empresas.

Estos problemas se deben a varios factores como son la escasez de información y formación sobre la gestión de residuos industriales, la gran diversidad y cantidad de generación de estos, la falta de instalaciones para su tratamiento y almacenamiento, la ineficacia de la producción, la inexistencia de un servicio de recogida conjunta, etc.

Estas causas pueden suponer consecuencias negativas tanto a nivel de la actividad como a nivel del polígono industrial provocando impactos sobre el medio ambiente e incidentes laborales. Muchas de estas causas son derivadas del incumplimiento de la legislación provocando sanciones económicas para las empresas e incluso su inactividad.

Las administraciones públicas se han hecho eco de este problema. Por ello, desde hace algunos años, la gestión de los residuos se está regulando desde la normativa comunitaria hasta la normativa local. Esta legislación comprende desde normas y planes de gestión de residuos de manera global, hasta leyes específicas en gestión de aceites industriales usados, pilas y acumuladores, aparatos eléctricos y electrónicos, neumáticos fuera de uso, etc. También existe reglamentación sobre el transporte de los residuos, la eliminación al vertedero, la incineración, la clasificación, envasados y etiquetado, la caracterización de residuos tóxicos y peligrosos, etc.

Actualmente, desde el Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y marino, se está trabajando en el borrador de anteproyecto de la Ley de Residuos y de Suelos Contaminados, transposición de la Directiva 98/2008/CE. Esta nueva Ley implica la simplificación de la legislación existente, impulsa la prevención de la generación de residuos, fomenta el reciclaje y la reutilización de estos implicando criterios de ecodiseño en los productos y ecoeficiencia en los procesos productivos, optimizando así el uso de recursos y creando una actividad más competitiva. Además mejora la gestión de los residuos en base a clarificar la información de los mismos y establece herramientas para asegurar las condiciones de competencia.

A las Administraciones Públicas se une el compromiso y la participación de diversos agentes como las empresas, los gestores de residuos, la entidad administrativa del polígono industrial, el ayuntamiento, asociaciones, etc. que pueden contribuir a una óptima gestión de los residuos en los polígonos industriales.

Entre las medidas que se pueden aplicar para una óptima gestión se encuentra la creación de un Plan de minimización de residuos en cada actividad donde se identifique y clasifique los residuos generados, se establezcan mejoras de minimización, se ejecuten dichas mejoras y se realice un seguimiento de las mismas. Aquellas empresas que tengan implantado un Sistema de Gestión Medioambiental, en base a las Normas ISO 14001 o Reglamento EMAS, incorporan ya dicho plan.

Dentro de estos planes se pueden incorporar mejoras para minimizar la generación de residuos como por ejemplo consumir únicamente las materias primas necesarias para la producción y que generen un menor impacto ambiental, y utilizar envases que se ajusten al tamaño y volumen del producto fabricado.

En cuanto a las mejoras referentes al proceso de fabricación, se puede considerar la optimización del proceso productivo, la incorporación de tecnologías de producción como sistemas de recogida de lixiviados, cambio de válvulas que eviten fugas, la implementación de instalaciones para el tratamiento in situ como reutilización de productos defectuosos, reducción del volumen y reducción de la peligrosidad de los residuos. Las operaciones de mantenimiento pueden evitar la generación de residuos por fallos mecánicos. La optimización y el consumo energético del sistema productivo se pueden controlar gracias a la implantación de un Sistema de Gestión Energética en base a la Norma EN 16001.

El establecimiento de métodos de segregación en origen y acondicionamiento, en especial los residuos peligrosos, supone un paso previo para la recuperación de residuos, evitar incidentes y reducir de costes. Para ello, se deberá disponer de contenedores necesarios y específicos para cada tipo de residuo. Cada uno de los cuales tiene que estar ubicado, señalizado, identificado y cumpliendo todos los condicionantes de cada residuo según indica la legislación. Se debe disponer de la capacidad más que suficiente para albergar cada uno de los residuos cumpliendo con unas características de almacenamiento en función del tipo de residuos que vayan a contener, así como la frecuencia de recogida de los mismos.

En algunas comunidades autónomas existe una “Bolsa de productos” para intercambio de residuos entre las empresas del polígono. Los residuos que se utilicen en una empresa pueden ser utilizados como materias primas por otra, de esta manera se reducen los costes de materias primas y de gestión de residuos. Normalmente, estas bolsas están gestionadas por las Cámaras de Comercio.

Para la gestión de los residuos de manera global se puede crear un Centro de Recogida de Residuos dentro del polígono industrial donde se transporten y almacenen temporalmente los residuos, tanto peligrosos como no peligrosos, generados por las actividades incluidas dentro del polígono industrial hasta su tratamiento final. El objetivo de este Centro es conseguir que las empresas disminuyan sus costes de gestión de residuos y prevengan accidentes laborales y ambientales dentro de la instalación por una incorrecta gestión de los residuos. Estas instalaciones suponen un elevado coste de construcción, para solventar esta inversión se puede contar con fondos de financiación para este tipo de proyectos a nivel europeo, estatal, autonómico o local.

Otra opción conjunta de gestión, y más económica que la anterior, es la contratación global de un gestor de residuos para todas las empresas del polígono industrial para la gestión de los residuos. De esta manera, se procede a una planificación más organizada en cuanto a frecuencia y recogida, reduciendo así los costes de gestión.

Los Ayuntamientos, con sus servicios municipales de recogida, pueden ayudar a la gestión de los residuos en los polígonos industriales. Se pueden establecer convenios, o mejorar y ampliar los existentes entre el ayuntamiento y el polígono industrial, de esta manera la gestión de los residuos no peligrosos se puede realizar a través de los servicios municipales.

La información sobre la gestión de residuos es algo muy importante para una correcta gestión de los mismos. Por ello, la creación de un servicio técnico sobre la gestión dentro del polígono resulta muy relevante. Las funciones de este servicio técnico consistirían en dar información a las empresas sobre la nueva legislación en materia de residuos o de otras materias medioambientales que se le aplique, responder a dudas planteadas por las empresas sobre este tema, preparar cursos de formación y campañas de comunicación y sensibilización acerca de buenas prácticas ambientales. Esta formación y/o información tiene que estar enfocada a los diferentes puestos de trabajo, ya que para la correcta gestión de los residuos en una empresa se tiene que implicar desde la dirección hasta los trabajadores.

Se puede creer que la gestión de los residuos está reñida con la gestión empresarial ya que supone un coste económico a las empresas. Con todo lo expuesto anteriormente, se puede concluir que una óptima gestión ambiental puede lograr grandes ventajas empresariales a las empresas como la reducción de costes de producción por la optimización de la gestión, reducción de los costes por sanciones debido al incumplimiento de la legislación, disminución de accidentes laborales, reducción de los costes de materias primas, en consumo energético y agua, minimización del riesgo de impactos en el medio ambiente, generación de beneficios económicos por la venta o reutilización de residuos y mejora la imagen de la empresa dándole una ventaja competitiva.

Como conclusión se puede deducir que la gestión sostenible de residuos en un polígono industrial engloba tres vertientes por igual: la eficacia ambiental para la reducción del impacto ambiental de la gestión de residuos, la viabilidad económica para que el coste de la gestión de los residuos, desde el inicio al fin, sea asequible para todas las empresas, y la aceptación social para que la gestión de los residuos cubra las necesidades del personal de las empresas y refleje los valores y prioridades de los mismos.

 

Elena Santamaría García, responsable de Proyectos de Sostenibilidad de SinCeO2, Consultoría Energética